dominus - yolanda martin
Yolanda Martín nos propone un ejercicio de abstracción. De abstracción ya que es el espacio el que asume la presencia plástica, no la entiende sólo como un receptáculo de una inconcreta informalidad. “Los colores son sonidos que se han hecho visibles y vibran con frecuencias mucho más elevadas de lo que nuestro oído puede percibir”, dice la misma artista. 

Los cuadros de Martín se componen como si fuesen partituras musicales que flotan en un espacio etéreo en el que cada signo, cada color crea una armonía de formas sugerentes. 

Cada fragmento de la obra de Martín es un mundo por descubrir. Veladuras, formas y colores que se imponen de una manera sutil para formar parte de la composición total. Nada es impuesto, todo parece emerger y podemos observar aquella influencia japonesa de los Haiku: expresión de lo fugaz que sólo dura el tiempo de la sensación. Las obras de Martín recuperan esta sensación fugaz de aquello poético. Arnau Puig escribe que en la obra de Yolanda Martín “no hay razonamiento para acercarse pero uno no puede huir de ella cuando la percibe. El poeta, el artista… pueden decir que la realidad posee aún otra dimensión no controlada, que es la que ellos recogen”

Bonart. Junio 2010